Un microscopio de luz transmitida se compone principalmente de dos piezas ópticas: el objetivo y el ocular. Estos componentes ópticos están conectados entre sí gracias al tubo, un dispositivo de iluminación, la platina y el trípode, que hace las veces de soporte para los componentes ópticos. El dispositivo de iluminación del microscopio está formado por una lámpara incorporada en el trípode, ajustable hacia el colector (lente o sistema de lentes que se encuentra justo delante de la bombilla del microscopio) y la compuerta del campo luminoso detrás de éste. El condensador del microscopio se basa en un complejo sistema de lentes o espejos, que proyecta el diafragma de campo en el plano del objeto. El objetivo del microscopio genera una imagen real del objeto, al mismo tiempo que la puede observar aumentada a través del ocular. Para poder observar el objeto con ambos ojos, algunos tipos de microscopio pueden estar dotados de dos oculares, este tipo de microscopio se denomina microscopio binocular. Según el tipo de iluminación, se puede diferenciar también entre el microscopio de luz transmitida, con el que se ilumina a través de objetos muy finos y transparentes y, el microscopio de luz reflejada, para examinar la superficie de cuerpos opacos.