El medidor de pH se usa en todos aquellos ámbitos donde es importante detectar este valor. Estos ámbitos son laboratorios, instalaciones industriales y piscinas. Sobre todo en piscinas privadas, situadas al exterior, es necesario controlar el valor pH. Este valor indica cuan ácida o alcalina está el agua. El valor ideal de una piscina está entre 7 y 7,4 pH. Cualquier valor que se desvíe de este valor óptimo, influye en la calidad del agua. Los valores que se miden con nuestro medidor de pH influyen en la eficacia de los medios de desinfección del agua. Además, un valor de pH que se desvíe mucho puede causar daño a materiales y el cuerpo humano. Si el valor es demasiado bajo, puede causar daños en fugas o corrosión en metales. Si el valor es demasiado alto puede provocar picores en la piel, pues se está dañando la capa protectora de nuestra piel.